El Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes se celebra en Chile el 31 de octubre de cada año, aunque se traslada al viernes anterior o posterior si cae en martes o miércoles. Fue instituido por la ley 20299, impulsada por el gobierno de Michelle Bachelet en 2008, como un reconocimiento a la libertad de culto y a la contribución de estas iglesias al desarrollo del país.